En el mundo existen más de siete mil enfermedades raras; la de Tessa Hansen-Smith es una ellas. Esta chica de 24 años residente de California, Estados Unidos, sufre alergia al agua, un raro padecimiento que irrita la piel a tal grado que hasta las lágrimas le causan dolor.
Se le conoce como urticaria acuagénica y le provoca una reacción corporal irritante cuando la piel entra en contacto con el agua. Es tan poco común, que según cálculos, afecta a uno de cada 230 millones de seres humanos; es decir, apenas existen poco más de 30 casos registrados.
Los pacientes como Tessa sufren diversas reacciones, entre ellas dolor, inflamación y lesiones.
"Tengo dolor severo de estómago, cólicos intestinales, problemas con mi lengua y dentro de mi boca", explica Tessa Hansen-Smith, quien empezó a padecer los primeros síntomas a los ocho años.
Al principio, sus padres creyeron que la niña era alérgica a los jabones o las cremas. Hasta que después de dos años de análisis y estudios, finalmente los médicos dieron el diagnóstico.
"Soy alérgica a mi saliva, tengo problemas para mantener mi boca hidratada, tengo llagas dentro de ella y mi lengua constantemente está agrietada y con cortadas", añade la joven.
Llorar no es opciónTessa no puede sudar, mojarse bajo la lluvia o nadar en una piscina, porque de inmediato sufre de llagas, sarpullidos o erupciones.
El dolor puede ser muy intenso, pero para esta chica, llorar no es una opción, pues sus lágrimas también le provocan alergia.
"Estos pacientes pueden tomar líquido, siempre y cuando sea un agua que no contenga mucha sales", señala la doctora Isabel Leyva, especialista en alergias.
Tessa tampoco puede comer frutas que contengan demasiada agua, y hasta la sangre de una herida llega a dañar su piel.
En cuestión de aseo personal, Tessa solo puede ducharse cada dos meses, pues como ella misma lo narra "es una experiencia muy dolorosa" por lo que procura hacerlo en un máximo de siete minutos.
"Yo sí me lavo diariamente los dientes, dos veces al día, y sí me duele, pero prefiero tener dientes limpios y saludables, tratar de aguantar y lavarlos tan rápido como puedo, pero aún así me duele", dice Hansen-Smith.
Aunque el 60 por ciento del cuerpo humano está compuesto de agua, ésta no representa problema para Tessa, sino la reacción que le desencadena el agua del exterior. No importa su pureza, temperatura o cantidad de sales que contenga.La chica debe consumir una leche especial y tomar nueve pastillas diariamente para no desencadenar los efectos de la alergia.
El padecimiento también le ha impedido formar una familia: "sería alérgica al feto en sí mismo, al líquido amniótico y probablemente no sería capaz de producir los nutrientes suficientes para un embarazo", cuenta Tessa, quien a través de Instagram, comparte cómo es la vida con urticaria acuagénica.
Su perfil Living waterless (viviendo sin agua), tiene ya más de 90 mil seguidores en esta red social, y siguen aumentando.
Una actividad que le ha servido como terapia para sobrellevar esta condición que la acompañará toda la vida.
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